Desde el primer boceto por parte de Kiska Design en 2008, el espíritu del X-Bow se basa en reducir el peso al máximo y dotarlo con la tecnología más avanzada.
Con la creación del X-Bow GT4, nacía una nueva visión dentro del motorsport.
Un coche preparado para las carreras más exigentes del mundo, con la tecnología más avanzada y equipado con monocasco de fibra de carbono, un sistema ligero y seguro, destinado hasta ese momento a fórmulas y prototipos de resistencia.